Asco
No pude encontrar en mi modesto vocabulario otra palabra que “asco” para definir mejor lo que siento hoy al pensar en mi querido e infortunado país.
Se supone, además, que tenemos un Congreso Nacional cuya principal función debe ser legislar en beneficio del pueblo, pero resulta que las senadurías y diputaciones son simplemente mercancías que se venden y se compran a dos por chele, como si se tratara de un mercado, mientras sus titulares cobran paralelamente sus salarios, dietas, gastos de representación, exoneraciones, barrilitos y cofrecitos.
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