El eje chino-ruso podría llevar a EE.UU. a la bancarrota
El interés recientemente intensificado de Washington en la región obviamente no implica que exista la posibilidad de gastar dinero y recursos para equilibrar realmente la influencia que tiene allí China. Por ello, Pekín no tuvo que dar explicaciones por la amenaza que supuso cambiar el statu quo en la región estableciendo una nueva zona de defensa aérea en el mar de China Oriental el pasado mes de noviembre.
Asimismo, China y Rusia conjuntamente son capaces de obligar a Washington a dividir sus fuerzas y, por lo tanto, a actuar sin eficacia. Para conseguirlo, los dos países necesitan solamente ampliar el número de desafíos que plantean a EE.UU. en materia de seguridad, algo que aumentará aún más la presión sobre los recursos de las Fuerzas Armadas del país norteamericano, que ya están al límite. Moscú y Pekín, publica ‘The Diplomat’, parecen haber resuelto, al menos temporalmente, sus disputas territoriales y ahora están colaborando a nivel estratégico en un intento de forzar a EE.UU. a retirarse completamente de Asia.