SANTO DOMINGO. Yocasta Pérez recuerda la experiencia que junto a su hermana vivió en una visita al informal mercado de Villa Consuelo, en el Distrito Nacional. «Mi hermana vomitó la vez que vino, por el mal olor, y me pidió que no volviera aquí jamás y que todas las compras las hiciera por el supermercado. Pero ahora estoy impresionada», exclamó al volver al remozado mercado de Villa Consuelo ayer.
Otra cliente, Fina Mota expresó: «Espero que no cambien, está muy bien. No me imaginaba que podía ser una transformación así».
Sin embargo, junto a los locales que hacían un esfuerzo para mantenerse limpios, otro grupo parecía no darse cuenta del cambio en el sistema de mercados, y dejar atrás el modelo del cuchitril.
En una venta de vegetales, una señora vendedora cortaba el repollo sobre el piso; en las carnes, un marchante picaba el pollo sobre el mostrador; en la pescadería, donde se utiliza un mostrador en frío, el vendedor dejaba que se le acumulara la sangre y tiraba hielo sobre el moderno equipo; en provisiones los comerciantes sacaban los sacos llenos de especias y granos hacia el pasillo. En frutas, una persona acumulaba cajas de cartón en uno de los pasillos del mercado, lo que está prohibido.
Estas escenas son un recordatorio de que todavía gran parte de los vendedores no está al nivel de la infraestructura de la cual le ha hecho beneficiario el Ayuntamiento del Distrito Nacional al renovar los viejos contratos.
Publicado por Juan Jose Ureña Breton
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